Como os dije en mi post anterior, ningún sabor habla de mi infancia como el de las Carolinas. Compuesto por una cestita sobre la que se apoya un cono de merengue, decorado con yema y chocolate, es lo más en lo que a dulces bilbaínos se refiere.

En los años en que se mandaban bandejas de pasteles a los vecinos cuando los hijos hacían la primera comunión o se casaban, yo siempre me peleaba por la carolina. Cuando se compraban pasteles en casa, mi padre quería un ruso (estilo Bilbao, of course) y yo la carolina. Así era y así sigue siendo. No soy la única que se “pirria” por las carolinas, muchos otros bilbaínos también lo hacen, entre ellos mi suegro, al que le prometí hace como un milenio que le iba a hacer unas.
El truco para que la carolina fuera perfecta era que tuviese la cestita perfecta y la cestita perfecta no es más que un pastel de arroz. En muchas y muy afamadas pastelerías de Bilbao, las que se consideran “de toda la vida” (otro concepto del que no soy muy fan), hacen carolinas mediocres porque sus cestitas son de frutas o de coco. Eso chafa un postre perfecto y un momento de felicidad absoluta (si consigues abstraerte del número de calorías que te estás metiendo entre pecho y espalda). Otro punto importante era que el chocolate que decora el merengue estuviese un poquito crujiente, para que hiciera “cris-cris” al morder.
Yo no conseguí que mi chocolate hiciese “cris-cris” porque lo disolví con demasiada leche, pero por lo demás, me salieron unas carolinas bastante buenas, que les llevé a mi padre y a mi suegro, como un año tarde, por el día del padre. Reconozco que la receta completa lleva un rato largo de hacer, por eso yo os la he puesto en 2 partes, para que no me odiéis de por vida.
RECETA PARA 12 CAROLINAS
Tiempo: si ya tienes los pasteles de arroz hechos, entre montar las claras, que templen, decorar… diría que 1 hora.
Dificultad: que el merengue tenga la consistencia adecuada.
Nivel de bilbainismo: un 10 como un piano (iba a decir “como una catedral”, pero sé que inmediatamente pensaríais que soy del Athletic y no me gusta el fútbol… )
12 pastelitos de arroz para las cestitas (receta aquí).
4 claras de huevo
180 g de azúcar blanco
Unas gotitas de zumo de limón
PARA DECORAR
2 yemas de huevo
1 cucharada de azúcar
50 g de chocolate negro

Se comienza poniendo un cuenco que aguante el calor al baño maría (preferentemente de cristal). Para aseguraros de que está limpio, pasad un paño de papel mojado con unas gotitas de limón por el recipiente.
Cuando el agua esté caliente, pero sin hervir, ponéis el azúcar con el zumo de ¼ de limón y le añadís las claras. Batís y batís hasta que se montan y tienen un color blanco y un brillo satinado. Hay que montarlas bastante para que tengan consistencia. En muchos blogs (todos ellos infinitamente más profesionales que el mío) os recomendarán que uséis crémor tártaro para montar las claras. Si a vosotros lo del crémor tártaro os suena, como a mí, a cosa rara que no tenéis a mano, usad el zumo de limón, que básicamente, hace la misma función.
Cuando las tengáis montadas, retiráis las claras del fuego y lo dejáis templar. Posteriormente, cubrís el merengue con papel film, de forma que no se os forme una costra, y lo metéis en la nevera a enfriar bien.
Mientras tanto, también al baño maría, hacéis un almíbar con las 2 yemas de huevo y 1 cucharada sopera de azúcar. Por otro lado, derretís el chocolate en el microondas unos segundos (cuidado que no se os queme).
Para la decoración, con el merengue frío, lo metéis en una manga o bien con una boquilla redonda o directamente, sin boquilla y cortáis la punta. De fuera hacia adentro, hacéis un cono lo más alto que podáis y lo metéis al horno a unos 120ºC unos 3-5 minutos, para que el merengue se ponga durito por fuera. Con una cuchara, echáis el almíbar de yema y el chocolate, haciendo una especie de cruz.
¡Con esto hacéis infinitamente feliz a cualquier bilbaíno que se precie!
¡Hasta la semana que viene!
Holaaa!!
te he dejado un merecidísimo premio en mi blog, pásate y lo ves 🙂
http://natinatillas.wordpress.com/2013/04/21/premio-liebster-award/
Un besin!
Nati.
Gracias! Voy de guardia en guardia, así que en cuanto tenga un rato libre lo miro con calma. Un honor Natinatillas!!!! 🙂