Menudo verano. Menudo 2020, en realidad. Todo empezó como cualquier otro año, brindamos con champán por el 2020, comimos uvas, trabajé el 1 de Enero… Lo de siempre. Y de golpe, APOCALIPSIS.
Pánico, desorden, papel higiénico agotado, confinamiento, dudas, miedos, sentirnos afortunados de no estar enfermos, aplausos a las 8 pm y planes cancelados.

Y otra vez sin saber muy bien como, llegan el verano, las terrazas y los rebrotes. Menudo festival. No sé definir estos 8 meses sin caer en tópicos, para mi han sido una montaña rusa. De la felicidad de tener a mi amiga de Leo conmigo pasé a la pena infinita de perder a Teo y, de ahí, al estado de estupor y confusión de la cuarentena, mientras iba a trabajar con más problemas que nunca y volvía preocupada de contagiar a Javier. Por último, el 2020 (gracias) decidió poner en mi vida un rayo de alegría y risas permanentes llamado Leia. En serio, menudo viaje en 8 meses.

Cada cual ha sobrevivido como buenamente ha podido. Algunos han leído, otros han meditado, otros ha hecho más deporte que en toda su vida y yo he probado mil recetas, unas acabaron en la basura y otras pasaron a convertirse en clásicos.
Entre ellas, está el helado de sésamo negro que hoy os traigo. Pensaba que iba a ser incomible y resulta que no puedes parar de comerlo.
Podéis hacerlo con praliné de sésamo, garrapiñando el sésamo en proporción de 40 g de azúcar por cada 100 g de sésamo o con pasta de sésamo y 40 g de azúcar. Yo opté por la primera opción.
HELADO DE SÉSAMO NEGRO
Para medio litro de helado.
2 yemas de huevo
150 ml leche
100 ml nata montar
160 g praliné de sésamo
10 g de estabilizante para helados (opcional pero muy recomendable).
1. Se hierve la leche con la nata y se vuelca sobre las yemas.
2. Verter la mezcla en un cazo y cocer hasta que alcalce 85° (hervor suave).
3. Retirar del fuego y añadir el praliné y el estabilizador.
4. Meter en un tupper o recipiente y dejar unas 6 h en nevera.
5. Congelar y mezclar cada 3 horas unas 2-3 veces o, si tienes un robot tipo Thermomix, lo trituras durante 30 segundos y vuelves a congelar.
6. Morir de gusto.
