Se terminó la Navidad. Por fin. Entramos de lleno en la temporada de cremitas de calabaza y lechuga, de apuntarse al gimnasio y luego no ir, pero amigas, justo después de Reyes llega el cumpleaños de mi marido. ¿Os parecería bonito que le dejara sin tarta? A mi no y este año me he entregado a los placeres del queso en un formato que me trae recuerdos viajeros. Si bien no he estado en Japón, probé esta tarta de queso japonesa en Kuching, Malasia, la cuidad de los gatos en el norte de la isla de Borneo y destino que os recomiendo muchísimo.
Seguro que habéis visto un millón de veces vídeos de esta tarta en Instagram y Youtube; yo al final no he sido capaz de resistirme a hacerla.
He intentado reproducir la receta lo más fielmente posible a la original para conseguir la textura algodonosa y ligera de esta tarta, aunque he tenido que ajustar los tiempos y temperaturas a mi horno. Las cantidades son suficientes para una tarta gigante que os zamparéis sin daros cuenta.
TARTA DE QUESO JAPONESA
Cantidad para un molde de 22 cm
- INGREDIENTES
250 g de queso crema (yo usé Philadelphia)
6 claras
6 yemas+ 5 g de cremor tártaro (sustituible por 15 ml de zumo de limón)
140 g de azúcar glas o en polvo.
50 g mantequilla
100 ml leche entera
60 g de harina de trigo floja
20 g maizena
20 ml de zumo de limón
- INSTRUCCIONES
1.- En un cuenco que aguante el calor, ponéis el queso crema y lo calentais al baño María. Se derretirá y adquirirá una consistencia viscosa, semilíquida.
2.-Se calienta la leche con la mantequilla en el microondas hasta que esta se derrita y se añade al queso.
3.- Se incorporan las 6 yemas.
4.- Se bate hasta que todo esté integrado, la mezcla será de un tono amarillo claro. Se añade el zumo de limón.
5.- En este punto, hay que tamizar las harinas e incorporarlas poco a poco, para que no queden grumos en la mezcla. Batís un rato al baño María, la crema espesará un poco, aunque nunca llega a hacerse densa del todo.
6.- Reservar.
7.- Por otro lado, se comienzan a batir las claras. Cuando las claras empiezan a espumar, se añade poco a poco el azúcar en cascada, junto con el cremor tártaro.
*Hay que montarlas en picos blandos y el punto en el que se montan las claras es lo que dará la consistencia a la tarta y lo que hará que no se resquebraje en el horno, de forma que conseguir el punto justo es lo más importante. Debéis conseguir que al meter las varillas el merengue haga picos, que se caigan hacia un lado, sin mantenerse tiesos (picos duros).
8.- Por último, cuando el merengue tiene la consistencia adecuada, se mezcla con la crema de queso que teníamos reservada. Hacedlo añadiendo primero ⅓ de la mezcla y usando movimientos suaves y envolventes. No queremos perder el aire que hemos conseguido al montar el merengue, ni sobremontarlo. Progresivamente añadís el resto de la masa.
9.- Con el horno caliente a 200ºC (calor arriba y abajo SIN ventilador), vais preparando vuestro molde. Mi consejo es que no sea desmoldable, pero si no tenéis otro, forrad bien las juntas con papel de aluminio para que no os entre agua que estropearía la textura. Poned papel de horno al fondo del molde para que no se os pegue y se desmolde fácil.
10.- Se vierte la masa y se coloca el molde dentro de un recipiente que llenaremos de agua hasta cubrir más o menos 1/3-1/2 de nuestro molde. Tened mucho cuidado de que no caiga agua en la masa o se os estropeará.
11.- Se hornea durante 15 min a 200ººC y después otros 15 a 150ºC. Dejáis reposar la tarta 30 min en el horno y por último, abrís la puerta para que se enfríe completamente.
12.- Durante el proceso de enfriamiento esta tarta tiende a encoger un poquito, lo cual facilita el desmoldado, que haréis simplemente dando la vuelta al molde sobre un plato y volviendo a darle la vuelta para que quede la parte tostada hacia arriba. No os precipitéis al desmoldarla o se os romperá, dejad que enfríe ¡impacientes!
Tened en cuenta que esta tarta no sube en el horno, o no mucho al menos. La cantidad que pongáis es el tamaño final que obtendréis.
13.- Decorar al gusto.
THIS DOCTOR BAKES 